sábado, 29 de noviembre de 2014

Cómo lidiar con el desastre

Recientes crisis como la del ébola revelan nuestra naturaleza más íntima. Los trances extraordinarios nos dicen más acerca de nuestras capacidades que los de la vida cotidiana. En ellos desarrollamos mecanismos que ni siquiera creíamos poseer.

La forma de reaccionar individual o colectivamente ante circunstancias dramáticas personales o sociales resulta clave en el desenlace. La psicociencia investiga nuestra conducta ante la adversidad, cuando la vida nos pone al límite.

Por ejemplo, sabemos que hay variables de afrontamiento relacionadas con rasgos de personalidad. Salvatore Maddi, de la Universidad de California en Irvine, y Suzanne Kobasa, de la Universidad de Chicago, han hallado en sus estudios que las personas con más resiliencia –capacidad de proyectarse en el futuro a pesar de estar viviendo acontecimientos desestabilizadores– tienen cosas en común. Las caracteriza su gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y la apertura a los cambios.

Otros estudios destacan factores internos como la introspección –conocer las propias fortalezas y debilidades– y el sentido del humor –ayuda a cambiar el estado de ánimo y optimizar las cualidades–. También se van aclarando los correlatos fisiológicos asociados a las personalidades fuertes. El neurólogo inglés Oliver Sacks nos recuerda que estos, según él, individuos de hierro mantienen el nivel de testosterona en esos instantes y desconectan áreas del cerebro, como la amígdala y el hipocampo, relacionadas con el miedo y el recuerdo intrusivo de los sucesos traumáticos.

Aparte de los rasgos de personalidad, hay elementos externos que explican nuestro comportamiento en casos graves. Uno de ellos es el apoyo de otros. Emmy Werner, psicóloga de la Universidad de California, ha estudiado a sujetos que superaron situaciones límite durante la infancia. Werner halló que todos encontraron en la vida al menos una persona que los aceptó incondicionalmente. Su conclusión es que “la influencia más positiva para ellos fue una relación cariñosa y estrecha con un adulto significativo”.
                                                 
El año de la electrónica ponible
Este es el año de los accesorios electrónicos, en especial de los relojes inteligentes. Samsung, Sony, LG, Motorola,Apple…, todos han presentado su pantalla táctil para la muñeca. El talón de Aquiles de estos gadgets es tanto su escasa autonomía –en el mejor de los casos, hay que recargar la batería cada dos días– como el reducido tamaño del panel.

Entre los más completos, llama la atención el Gear S de Samsung: los coreanos ofrecen una pantalla curva y ergonómica de dos pulgadas que permite manipular con soltura todas sus funciones.

Pero todo indica que estos dispositivos son solo una avanzadilla. Con ellos, nace una nueva categoría de ingenios que se integran en la ropa y en los complementos que llevamos puestos. Ya empezamos a ver gorros con música –Archos–, minicámaras de acción que se acoplan en la oreja –Panasonic– o gafas listas. ¿Quién no ha oído hablar de las Google Glass? Hasta los políticos posan con ellas delante de los periodistas para aparentar que están a la última.

Otro aparato de toda la vida que se está adaptando a los nuevos tiempos es la cámara de fotos.Los mejores móviles permiten tomar instantáneas y grabar vídeo con una calidad más que aceptable, lo que apunta a la línea de flotación de las clásicas compactas. Para mantener sus opciones, los fabricantes nos ofrecen modelos conectados, listos para compartir las fotos y los vídeos al instante.

entre los miles de artilugios que nacen y mueren, merece la pena destacar el éxito de los robots de limpieza. Cuando se presentaron, en 2002, nadie pensó que esa especie de platillo volante podría acabar con las escobas y los aspiradores convencionales. Hoy encontramos más de diez millones de estos aparatos en los hogares de todo el mundo.


    
                                

sábado, 15 de noviembre de 2014

La felicidad y la inteligencia se pueden transmitir a través de una bacteria

En la última década, los científicos han descubierto que el comportamiento, el estado de ánimo e incluso la memoria pueden verse modificados por la acción de microbios externos. Un claro ejemplo son los efectos que nos provoca estar en contacto con Mycobacterium vaccae, una bacteria que vive en el suelo y que inhalamos cuando damos un paseo por el campo, jugamos un rato en el parque o podamos las plantas del jardín. Según un estudio publicado hace unos años en la revista Neuroscience, este microbio estimula a las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro humano para que liberen serotonina, el neurotransmisor de la felicidad y el bienestar, lo que nos pone de muy buen humor. Lo que es más, Christopher Lowry, neurocientífico de la Universidad de Bristol (Reino Unido), ha comprobado que inyectando la bacteria en ratones de laboratorio ejercía un efecto antidepresivo muy similar al popular Prozac. 

Por si esto fuera poco, Dorothy Matthews, investigadora de The Sages Colleges de Nueva York (EE UU), ha llegado a la sorprendente conclusión de que M. vaccae también puede mejorar la capacidad de aprendizaje. En experimentos con roedores alimentados con la bacteria viva, Matthews y su equipo comprobaron que los animales "infectados" se movían más rápido por los laberintos y sufrían menos ansiedad. "Podemos especular que sería positivo programar en las escuelas un tipo de aprendizaje al aire libre para adquirir nuevas habilidades", sugiere Matthews. A la vista de estos resultados, tampoco parece descabellado imaginar que, en un futuro no muy lejano, podamos tomar un puñado de estas bacterias para convertirnos en personas más felices e inteligentes. De hecho, en 2003 Rook y Lowry ya dieron el primer paso en este sentido al obtener una patente para el uso de M. vaccae y derivados para tratar la ansiedad, los ataques de pánico y los trastornos alimentarios.
                                                mycobacterium     


















   
Contra la ansiedad, dulces

Cuando se trata de afrontar situaciones estresantes, comer pasteles, bollos o dulces en general aporta un alivio emocional más intenso que en circunstancias normales.

Un equipo de investigadores del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia ha identificado a los responsables, que son unos receptores de la hormona del estrés llamados Tas1r3 específicos del sabor dulce, que se encuentran en las papilas gustativas.

Tras analizar su presencia en ratones estresados y no estresados, descubrieron que los primeros tenían un 77 % más de receptores de la citada hormona que el resto, por lo que eran más sensibles a ese tipo de sabor. “Esto explica a nivel molecular por qué algunas personas se ven impulsadas a comer alimentos azucarados cuando pasan por una situación intensamente estresante”, afirma M. Rockwell Parker, autor del estudio, publicado en Neuroscience Letters.

                                                       
¿Cuántos grupos sanguíneos existen realmente?

En 2012, los científicos dieron a conocer al mundo el descubrimiento de Langereis y Junior. No se trataba de dos extraños satélites del planeta Júpiter desconocidos hasta entonces, ni tampoco acababan de salir a la luz dos nuevas especies de hongos halladas en recónditas cuevas. Lo que habían encontrado eran proteínas presentes desde hace milenios en ¡los glóbulos rojos de nuestra propia sangre!

El biólogo Bryan Ballif, investigador de la Universidad de Vermont, en EE. UU., y responsable del estudio, precisó que estos nuevos grupos sanguíneos son frecuentes en el este de Asia, especialmente en Japón. Las dos proteínas recién identificadas fueron bautizadas como ABCB6 y ABCG2, y todo apunta a que están asociadas con ciertas resistencias a algunos medicamentos anticancerosos, por lo que el hallazgo podría tener implicaciones también en determinados tratamientos contra esta enfermedad, como adelantaban los científicos en la revista Nature Genetics.

En definitiva, si te cuentas entre quienes creen que solo existen cuatro tipos de sangre –los famosos A, B, AB y 0 descubiertos en 1901 por el patólogo y biólogo austriaco Karl Landsteiner–, estás equivocado. El sistema AB0 es solo uno de los que se usan –el más conocido y útil hasta la fecha– para agrupar ciertas características de la sangre en base a la presencia o ausencia de determinadas moléculas.

Pero los científicos han identificado otros 32 grupos sanguíneos más, que, aunque son mucho menos comunes que los cuatro mencionados, también pueden resultar cruciales. Es decir que, además de AB negativo, podrías ser M, FY3 y K, por citar solo tres tipos reconocidos oficialmente por la Sociedad Internacional de Transfusión Sanguínea (ISBT, por sus siglas en inglés). Esto supone que existen millones de combinaciones posibles, de tal modo que, en teoría, el grupo sanguíneo podría ser tan único como la huella dactilar.

                                          

Derroche alimenticio: un banquete tirado a la basura

Casi una cuarta parte de la comida que se produce en el mundo se desperdicia. Así se destaca en un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que revela que de los 6.000 millones de toneladas de alimentos que se obtienen al año en todo el globo, 1.300 millones no llegan a la mesa o acaban en el contenedor.

Según José Graziano da Silva, director general de esta institución, “no podemos permitir esta situación cuando cada día 870 millones de personas pasan hambre”.

Es más, el proceso de producción de la comida que no se ingiere requiere el equivalente en agua al río Volga, el más caudaloso de Europa, e inyecta en la atmósfera 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. La FAO estima que el coste de este fenómeno es de 750.000 millones de dólares. Las pérdidas y sus causas varían entre las distintas zonas del mundo. Por ejemplo, en los países más desarrollados, el mayor despilfarro se da entre los consumidores y durante la obtención de los alimentos, mientras que en África y Asia, ocurre en el almacenamiento y manipulado.

                                    


domingo, 26 de octubre de 2014

Decoración de uñas para Halloween 

como pintar las uñas para halloween


  • Diseño de uñas con fantasmas

diseños de uñas de halloween

  1. Aplicar un esmalte base en tono naranja oscuro, como el típico color de las calabazas.
  2. Aplicar pequeñas pinceladas transversales con esmalte de uñas blanco.
  3. En el interior de cada pincelada blanca, pintar dos puntitos negros(éstos serán los ojos) y otro punto más grande (será la boca).

  • Diseño de uñas “monstruoso”

                                    como pintarse las uñas para halloween

  1. Pincelar la base de las uñas en color amarillo.
  2. Con ayuda de una brocha pequeña, hacer un círculo blanco y un triángulo negro.
  3. Dentro del círculo, hacer otro más en color azul y sobre éste, un puntito negro.
  4. Hacer los dientes en color blanco sobre el triángulo negro.

  • Diseño de uñas “Frankenstein”

decoracion de uñas para halloween


  1. Utilizar un tono verde hierva para pintar la base de nuestras uñas.
  2. Aplicar esmalte de uñas negro en la parte superior de las uñas para que parezca el pelo de nuestro Frankenstein.
  3. Hacer dos puntos ovalados en color negro y dentro de éstos, dos blancos, serán los ojos.
  4. Para terminar la mirada de nuestro monstruíto, pintar dos puntitos negros sobre los óvalos blancos.
  5. Pintar la boca en color negro.